lunes, 22 de abril de 2013

Las personas auténticas son libres, coherentes y honestas consigo mismas.


Entrevista a Jose Luis Montes, ex-directivo (publicada por El Pais el 13/09/09)

El ser humano es el único animal que tropieza mil veces con la misma piedra y encima le echa la culpa a la piedra. Sin embargo, por medio del sufrimiento es capaz de darse cuenta de cuál es la causa de sus constantes tropiezos: él mismo. Y esta toma de consciencia es el inicio de la asunción de la responsabilidad personal, que le lleva a cuestionar las creencias que le han sido impuestas por la sociedad para empezar a seguir su propio camino en la vida. Así lo piensa el ex directivo de multinacionales como Epson, Xerox y Tech Data José Luis Montes (Puertollano, 1965), autor de El hombre que tuvo la fortuna de fracasar (Plataforma). "Me creí eso de que el éxito consiste en llegar a lo más alto y ganar mucho dinero", confiesa. "Conseguí todo lo que este sistema dice que debes lograr para ser feliz, pero cuando alcancé la cima me sentí vacío".

Movido por un profundo anhelo de recuperarse a sí mismo y de emprender un proyecto basado en valores y no en el lucro, Montes vendió su empresa hace cuatro años. Su "transformación interior" le ha llevado a asesorar ONG y convertirse en el fundador del Movimiento Social Wikihappiness. Este ex empresario de éxito también imparte conferencias para directivos en los que reflexiona sobre el triunfo y el fracaso. Más de uno ya ha seguido sus pasos.

Pregunta. ¿Por qué decidió hacerse empresario?
Respuesta. Yo no lo decidí. Hice lo que otros me habían dicho que hiciera. Cuando no sabes quién eres ni qué quieres, eres esclavo de tu baja autoestima e inseguridad. Y esta falta de confianza te lleva a pensar y hacer lo que piensan y hacen los demás. ¡Y pobre de ti como te separes del camino trillado! ¡No te lo perdonan!

P. ¿Por qué motivo?
R. Porque las personas rebeldes y auténticas son libres, coherentes y honestas consigo mismas, y su presencia suele poner de manifiesto la incoherencia, la falsedad y la falta de valores que nos rodea. De ahí que en la sociedad occidental actual ser uno mismo sea un acto revolucionario.

P. ¿A qué se refiere?
R. Desde pequeñitos nos llenan la cabeza de mentiras acerca de cómo hemos de vivir la vida. Nos meten miedo, diciéndonos que estudiemos ciertas carreras universitarias para no pasar hambre. Nos condicionan para triunfar a toda costa, para tener respetabilidad, para tener dinero... Te venden que cuando hayas subido esos escalones entrarás en el "templo de la felicidad". Pero es una gran mentira. Yo he vivido en ese lugar y está vacío. Porque la felicidad no está relacionada con lo que poseemos, sino con lo que somos y con nuestra capacidad para vivir en coherencia con nosotros mismos. Y a menudo la carrera por poseer dificulta, que no imposibilita, el sendero del ser.

P. ¿Y qué más ha aprendido?
R. He verificado que si tu principal objetivo es conseguir éxito, poder y dinero, necesitas ser egoísta y ambicioso, lo que termina por destruir la humanidad innata que hay en ti... Te desconecta de tu esencia y te olvidas de los valores y proyectos que sí valen la pena. Nos han programado para ser infelices, y la mayoría lo son, sólo que muy pocos tienen la humildad y el coraje de reconocerlo. ¡A mí me llevó más de cuarenta años! Nuestro mayor enemigo es el autoengaño, no querer reconocer el malestar que sentimos interiormente. No hay mayor fracaso que fijar objetivos equivocados y conseguirlos. Por eso hay tantas personas de éxito que son tan infelices: porque han hecho lo que el sistema les ha dicho que hagan y no lo que les dicta su corazón. El éxito es ser coherente contigo mismo, con los dictados de tu conciencia. Si no aprendes a ser feliz por ti mismo seguro que terminas sintiéndote un fracasado.

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