Si algo nos enseña esta "crisis" económica que tantos países sufren, es que todos estamos en el mismo barco. Ya no sirve decir que lo que le pasa a mi vecino no es asunto mío, pues tarde o temprano nos afectará. Esta premisa se refleja en la teoría de 6 grados de separación, según la cual todo y todos estamos a tan sólo 6 pasos, o menos, de cualquier persona en el planeta. ¿Quieres saber cual es tu conexión con Bill Gates? Esta podría ser una red de conexiones: un primo tuyo tiene un amigo en Estados Unidos, quien a su vez tiene una vecina que va a clases de yoga con la peluquera de la esposa de Bill Gates, ¡ahí lo tienes! Esto demuestra lo sorprendentemente cerca que tenemos al resto de habitantes de este planeta.
Otro concepto que sustenta esta idea es la filosofía UBUNTU, un término originario de un dialecto africano que el arzobispo Desmond Tutu define como la "esencia de ser Humano". Es una filosofía basada en la conexión de todos los seres vivos y su lema es yo soy porque nosotros somos. Una anécdota que plasma a la perfección esta idea es la siguiente: Un antropólogo que estudiaba los hábitos y costumbres de una tribu africana quiso un día hacer un juego con los niños de la aldea. Los reunió y propuso un juego: pondría unos dulces en un árbol y el primero que llegara podría quedarse con el premio. A la señal de ya, los niños se tomaron de las manos y corrieron hacia el árbol. Al llegar, se repartieron los dulces y se sentaron a disfrutarlos. El antropólogo, sorprendido, les preguntó por que corrieron juntos si uno sólo podía quedarse con los dulces. Los niños le respondieron: ¿cómo cualquiera de nosotros podría estar contento si otro está triste?
Tanto el Corán como el Talmud recogen esta filosofía de Unidad, proclamando que quien toma una vida, toma la vida de toda la humanidad y quien salva una vida, salva a la humanidad. Cuando dos religiones, ahora percibidas como tan dispares, predican la misma premisa, está lejos de ser una coincidencia.
Tanto el Corán como el Talmud recogen esta filosofía de Unidad, proclamando que quien toma una vida, toma la vida de toda la humanidad y quien salva una vida, salva a la humanidad. Cuando dos religiones, ahora percibidas como tan dispares, predican la misma premisa, está lejos de ser una coincidencia.
Para muchos de nosotros esta filosofía puede ser una utopía, pero es una realidad en muchos lugares donde no se han alejado de la idea de que todos estamos unidos, donde todavía se vive bajo la creencia de que el bien común es el bien individual y que un dedo solo no puede recoger un grano. En un mundo donde se practica el individualismo con resultados tan devastadores, resulta urgente cambiar la perspectiva y observar la imagen completa.
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